viernes, 19 de junio de 2009

“Cada persona brilla con luz propia entre todas las demás. No hay dos fuegos iguales, hay fuegos grandes, fuegos chicos y fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de fuego loco, que llena el aire con chispas. Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman, pero otros arden con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca se enciende”.
Eduardo Galeano

Trece días

La película “trece días”, genera un campo amplio de análisis de la teoría política. Al hablar de política hablamos de poder político y es un poder que normalmente está controlado por individuos o grupos, elites o instituciones. En este sentido se puede decir que el poder se va situando, el poder brota de las relaciones, es una oportunidad, un recurso que explota las oportunidades a partir de maniobras estratégicas para sacar la mayor ventaja posible.
Es desde este punto de vista que se quiere abordar la cinta, dentro del contexto de la guerra fría, lo importante es saber que posiciones facilitan el dominio de unos actores sobre otros, es importante determinar la naturaleza de las decisiones, sobre todo en momentos y situaciones que involucran la seguridad de las naciones.
La base se encuentra en un grupo de trabajo que dejó huella, John F Kennedy como presidente de los Estados Unidos, su hermano Robert como colaborador, el ministro de defensa Robert McNamara, el representante ante las Naciones Unidas Adlai Stevenson, el ministro de Relaciones Exteriores Dean Rusk y tras las cortinas el asesor presidencial Kenneth O Donnell, en ellos está una batalla por evitar una catástrofe mundial, impulsada por los soviéticos que amenazan la seguridad norteamérica instalando armas en Cuba y por los antisoviéticos que impulsan la guerra sin medir las consecuencias que ella pueda acarrear.
En el grupo de trabajo antes mencionado aparece un elemento interesante que se fundamenta en la naturaleza de las decisiones políticas, normalmente las decisiones individuales se relacionan con necesidades colectivas, de aquí se puede inferir que las decisiones que se tomaron en 1962 tenían riesgos externos y costes de decisión, de ahí la importancia del asesor presidencial, la tarea principal era equlibrar estos dos asuntos, en primera instancia todas las decisiones del grupo suponen costes para los que toman la decisión, lo que Sartori llama “costes de la adopción de decisiones”, y en segunda instancia todas las decisiones colectivizadas implican riesgos externos, riesgos para los que reciben las decisiones.
De aquí que cualquier decisión que se tomara implicaría unos costes para la persona que decide, en nuestro caso, el presidente y los riesgos se remitían a la colectividad, la humanidad, lo importante era aumentar las probabilidades de tener resultados beneficiosos y disminuir los riesgos o la probabilidad de resultados perjudiciales, como una catástrofe nuclear. La idea es reducir los riesgos lo más rápido posible, antes del momento en que los costes de decisión crezcan desproporcionadamente, ahora bien, como en este caso la decisión tiene un sentido humanitario se puede decir que se pensaba más en los riesgos que en los costes.
Es bueno aclarar que en la situación que se analiza, el poder político, decisional se equipara con la capacidad de intervenir en la regulación del conflicto entre las dos naciones, controlando los recursos, poder militar y en la situación relativa que una nación ocupa frente a otra.
¿Por qué se hace todo esto?, porque hay una posibilidad que niega o limita al pueblo americano de sus bienes fundamentales, el principal, la vida, seguido de la integridad física, se siente amenazada la seguridad, la libertad, de ahí que se intente por todas las vías posibles utilizar el método de la persuación para que se adopten algunas conductas y se abandonen otras, (la cinta está llena de este tipo de situaciones, un ejemplo es cuando Robert Kennedy habla con el representante soviético, o cuando el presidente tiene que convencer y ordenar a los antisoviéticos de no atacar.
Lo curioso es que los soviéticos recurren al recurso más primitivo, al recurso de la fuerza para suscitar temor a partir de la amenaza, mientras que los americanos recurren a la influencia para suscitar convicción a partir de la persuación, sin dejar de lado la opción de la fuerza como legítima defensa, hay que ver que ninguno tiene autoridad ni buena reputación y por eso no se genera una confianza mutua, en el video se ve que la práctica del poder que integra estos elementos para lograr una salida eficaz frente a la crisis.
El equipo que trabajó en los trece días de 1962 se esforzó por mantener el equilibrio y disminuir los riesgos de las naciones, como víctimas de los antagonismos y diferencias, si las decisiones no se hubieran tomado de acuerdo a las creencias y valores existentes la catástrofe habría llegado, la coacción sería el único camino, y la guerra una realidad, por el contrario la racionalidad permitió el éxito.
Una parte importante dentro del ejercicio de la política es regular los conflictos, en el objeto de análisis se dió la politización de la discrepancia para generar decisiones vinculantes que favorencieran los intereses, de ahí que se identificara la amenaza, como un riesgo real, se tomara conciencia para corregir los errores y controlar los riesgos existentes, se movilizaran los apoyos y demandas acumulando los recursos como el conocimiento experto, la difusión de información, la organización la previsión de armas y el traslado del conflicto al escenario público que permitiera la toma de decisiones vínculantes que involucraran a toda la comunidad. Si no hubiera existido ejercicio de política en este conflicto la guerra se habría desatado y la historia sería distinta.

Luis Fernando Vahos Echeverry