jueves, 7 de octubre de 2010

Sobre Foucault


El primer punto al que se hará referencia es al tema de la objetivación y la subjetivación según Michel Foucault. Para referirse a este tema Foucault recurre a lo que se ha denominado la arqueología del saber, donde empieza a buscar en la historia los elementos necesarios para explicar o determinar lo que el sujeto debe ser, cuál es su posición en el mundo real y en el mundo imaginario. Según Michel Foucault es sólo hasta finales del siglo XVIII donde el hombre hace su aparición como sujeto y objeto de reflexión, como sujeto que convierte a los objetos en productos de su mente, pero también como sujeto que se piensa a sí mismo, que mira hacia su interior y que se relaciona y a la vez depende de la sociedad, de las palabras, de la cultura en donde a pesar de todo el hombre se convierte en un objeto más. La objetivación y subjetivación dependen mucho la una de la otra, los juegos de verdad aparecen desde su desarrollo mutuo, es ahí donde se descubren las reglas respecto de algunos asuntos específicos, asuntos que se hacen evidentes en las instituciones del poder donde el sujeto puede percibir las cuestiones acerca de lo verdadero y lo falso.

Con respecto a lo anterior se puede comprender la naturaleza del castigo y la disciplina a partir del siglo XVIII, ellas quedan justificadas como una garantía que defiende a la sociedad, como un instrumento que separa al reo que ha desobedecido las leyes que la sociedad impone y proclama, o como un artefacto que separa al loco que no encaja en los paradigmas que la sociedad dice que se deben seguir. La disciplina queda impuesta o “institucionalizada”, en las cárceles, los hospitales, las escuelas, donde los internos que son los objetos del conocimiento disciplinario, reconduzcan y remodelen las conductas que la sociedad considera que son desviadas.

Lo que hace Foucault de forma plausible es denunciar como esos mecanismos de poder justifican el control que tienen sobre las mentes y las vidas de todos los ciudadanos, según ellos como una necesidad de mantener el orden desde esas instituciones de control, Foucault muestra las connotaciones manipuladoras de esas instituciones fundamentadas en un doble principio, el primero que es asegurar el cumplimiento de la ley y el segundo que es justificar la necesidad del castigo y de la disciplina con la excusa de la protección del bien común.

Foucault siguiendo la tradición crítica de Kant, propone una historia crítica del pensamiento, donde el hombre recurre a una actitud de no gobierno donde se descubre en la oscuridad los juegos de poder y la manipulación que existe en la sociedad.

Desde la crítica se puede descubrir como las estructuras lingüísticas y los discursos determinan y distorsionan la realidad, utilizando términos que adquieren matices oscuros, ocultos, utilizados para perpetuar las instituciones de poder. La pregunta que debería hacer es ¿en quién reside la justificación o la legitimidad para definir una verdad como paradigma?, por poner un ejemplo claro es el caso de la locura, o la justicia dónde está la autoridad, la justificación para decir quién es o no loco, quién es o no es un delincuente, la respuesta que va a dar Foucault es que esa justificación se encuentra en las instituciones que son centros de poder legitimado sin argumentos claros que tratan de dirigir o modificar el comportamiento de las personas de acuerdo a intereses particulares, sean encaminados al poder, sean encaminados al marketing.

Respuesta metodológica a los universales: Cuando Foucault trabaja el tema de los universales expresa que no hay un conocimiento universal que esté más allá de la historia y la sociedad, de hecho Foucault evita la utilización de universales antropológicos, como la categoría de loco, o las que expresan a una persona como delincuente, en Foucault no hay una segura posición externa y esto plantea una nueva discusión a partir del problema del conocimiento. La idea en Foucault es recurrir al análisis sin la necesidad de utilizar los universales, historizando con probabilidad categorías universales cada vez que aparezcan. Lo que se busca es entender la pluralidad de las funciones que la razón ha tomado como práctica social sin utilizar un patrón frente a esas prácticas que se pueden medir, no se quiere de esa forma una reducción preconcebida del conocimiento a las formas sociales, en cierta forma el objetivo es descubrir las relaciones de una específica disciplina científica con las prácticas sociales particulares. Foucault trata de historizar las categorías universales, sin reducirlas a la mera objetivación.
No se puede pretender encasillar a una serie de individuos con una características especiales bajo una categoría que trate de definir de manera universal esas categorías, lo que se pretende es hacer un análisis más detallado, basado en evidencias históricas sobre los problemas que la sociedad ha tratado de estandarizar, esto sin dejar a un lado la existencia de un sujeto que conoce, que se relaciona con el objeto del conocimiento pero que por razones sociales se convirtió también en objeto de sí mismo.
Tomando en cuenta lo anterior nos podemos preguntar, sin pretender parafrasear a Foucault cuales son las condiciones necesarias que permiten, según las reglas de verdad o falsedad, decir quién es o no es un enfermo, un loco o un delincuente, el problema en sí radica en definir, en descubrir los universales que permiten la correspondencia entre el sujeto-objeto del conocimiento y el sujeto que bajo unas condiciones de autoridad que le permiten categorizar, definen quién está enfermo o no, ese estudio sólo se puede lograr haciendo un trabajo serio y consecuente basado en la arqueología del saber, no en los universales en sí mismos.
Las relaciones de poder: el tema de las relaciones de poder tiene una relación directa con el tema del conocimiento o del saber. En primer lugar aparecen las relaciones de interacción entre los individuos o grupos, en estas relaciones según Foucault se implican los sujetos, los tipos de comportamientos, las decisiones y las elecciones, el soporte de esa red de relaciones no se encuentra en la naturaleza de las cosas, es la lógica de un juego de interacciones con márgenes variables de incertidumbre.
Es desde ese punto de vista cuando hablamos de juegos estratégicos, el poder se entiende como un campo de interacciones, se piensa desde la relación indisociable con las formas de saber y se piensa de tal forma que se asocie a un dominio de posibilidad, de reversibilidad, de inversión posible. El asunto del conocimiento en relación con la dominación, se da frente a una voluntad decisoria de no ser gobernado, una voluntad decisoria como actitud a la vez individual y colectiva de salir de la minoría de edad, según los términos kantianos, aquí estaríamos hablando del tema de la resistencia al poder, pero una resistencia desde una actitud ético-estética de la vida. La idea es sostener una racionalidad crítica con una constante política.
Lo que se busca es un rechazo al poder o a la regla constreñidora que engendra una actitud general, o una actitud crítica, desde esa actitud se busca mostrar las connotaciones manipuladoras de las instituciones de poder que se basan en la autoridad de la razón occidental, sin desarrollarla como debe ser, como una actitud crítica, y más bien se mira como un proceso de objetivación del sujeto, como un campo donde se impone una disciplina monolítica que hay que denunciar desde la actitud crítica.

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